la letra sin sangre entra

Susan Sontag ha muerto en plena marea de cadáveres y desaparecidos en todo el Índico. Recuerdo en estos día su insistencia en que las fotografías "dolorosas" (sobre todo las que evidencia los resultados de la maldad humana, pero también las que iluminan la falta de solidaridad como las que ahora llenan las primeras planas de los periódicos) deben ser publicadas y son, por decirlo de una forma poco castiza, de obligada visión. Así lo dice en Ante el dolor de los demas (Against the Pan of Others). La noticia me coge a media lectura de Contra la interpretación (Against the Interpretation) en el que de vez en cuando picotea alguno de sus artículos sobre cine.

Me entero por el periódico de que la Residencia de Estudiantes ha sacado a la red su Archivo de la Edad de Plata (1868-1936) con el que ve la luz un más que interesante registro documental de todo ese periodo. En mi primera visita me ha llamado la atención la foto de las Misiones Pedagógicas en la que aparecen Luis Cernuda y María Zambrano. Qué curiosa aventura (o desventura) debieron de resultar esas misiones intelectuales que enfrentaron a la España mísera y prebélica de los años treinta. El lado romántico de las propuesta ha solapado a menudo su realidad de niños de papá embarcándose en una empresa que les superaba por todas partes. La foto lo dice todo: los "misioneros" debieron de resultar bastante exóticos para los "misionados".

Me llega el último número de Archipiélago dedicado a Claudio Rodríguez. Me doy cuenta ahora que el grupo de escritores al que pertenece Rodríguez ha significado, de forma sibilina pero tenaz, la educación poética de toda una generación de lectores, la mía, que apenas tiene contacto con la poesía o que la ve como un mundo cerrado para irreductibles. Pienso en Gil de Biedma que fue un descubrimiento luminoso, en las memorias de Carlos Barral, en la tragedia de Alfonso Costrafeda y, sobre todo, en la mística lírica y (ga)laica de José Ángel Valente. Sólo el tiempo nos confirmará las sospechas, pero ahora se me ocurre que no hemos tenido de nuevo un grupo de poetas tan sólido y variado como este, y ya nos van quedando poquitos.