la letra sin sangre entra

Blog de libros y literatura escrito por Francisco Herrera

28 junio 2005

 

Monterroso para gallegos

Cuando se despertó, el dinosaurio ya no estaba allí.

27 junio 2005

 

De una lengua a otra (y escribo porque me toca)

Durante el III Congreso de la Lengua Española, que se celebró el año pasado en Rosario, Argentina, el demasiado pronto desaparecido (como siempre pasa con los mejores) Juan José Saer afirmó que la intimidad con las palabras solamente es posible en el ámbito de la lengua materna. Sin embargo, a mí siempre me han llamado la atención los autores que al cambiar de lengua escritural alcanzan la maestría a veces incluso por encima de la que ya tenían en la materna. Pienso en Samuel Beckett puenteando del inglés al francés, en Fernando Arrabal y Jorge Semprún, haciendo lo mismo pero desde el español, y, por supuesto, en Vladimir Nabokov, reescribiéndose y retraduciéndose magistralmente del ruso al inglés y viceversa. Arte por encima (y a costa de) la lengua.

24 junio 2005

 

Más de lo mismo

A través de Periodistas 21 me entero de que también en San Sebastián se apuntan a la batalla entre "derechos" y "torcidos". A ver si alguien se anima y se organiza algún sarao parecido por aquí, por el sur eterno.

 

A la calle

CopyLeft sale a la calle (barcelonesa) y se convierte en CopyFight (vía elastico.net). Algo se mueve en los derechos de autor. Quién sabe lo que verán (y leerán) nuestros ojos y a quién habrá que pagarle o no, por hacerlo.

20 junio 2005

 

Cheever y Fresán

Altamente recomendable, sobre todo por lo que tiene de homenaje desde la admiración, esta página sobre John Cheever. Sobre todo, echad un vistazo a los artículos de Rodrigo Fresán, el gran paladín hispánico de la literatura norteamericana del siglo XX.


 

La blogosfera retumba (y yo con estos pelos)

Para todos los metablogueros justicieros...



Gracias, Entrari ¡tú sí que sabes!

19 junio 2005

 

Casi

Si hay algo que está claro es que las revistas literarias españolas se encuentran en un momento decisivo como género, con propuestas actuales y con la consolidación de proyectos ya maduros. Letras libres en su número de junio ofrece una charla con el editor de Eñe, Alberto Anaut. En un momento dado la entrevistadora establece una amorosa comparación entre esta revista y el Granta en español. Por supuesto que el afectado defiende su propuesta como más exquisita, pero hace todo lo posible por no entrar al trapo.

En cualquier caso, el lector propicio sólo tiene que cotejar los párrafos definitorios de ambas propuestas editoriales. La primera dice: Eñe sabe que existen muchas respuestas, pero la más cercana, silenciosa y verdadera es la de los libros. La segunda dispara (en letra minúscula casi de contrato de telecomunicaciones): Granta casi nunca publica, aunque su calidad sea incuestionable, ensayos académicos y ensayos sobre escritores; ni reseñas; ni tampoco reportajes o crónicas cuyo interés primordial sea inmediato o circunstancial; ni ciencia ficción o narrativa romántica, fantástica, histórica y policíaca; poesía; así como tampoco crónicas de viajes que carezcan de intención narrativa. ¿Qué quieren que les diga? La persona que incluyó lo de “casi” merece el reconocimiento de la posteridad.

 

Elogio (necesario) de Monsiváis

Me llega tarde el Letra Internacional de primavera (es lo que tiene vivir en provincias) y doy con un “Elogio (innecesario) de los libros” que Carlos Monsiváis presentó el año pasado para un congreso sobre lectura en México y que ahora ve la luz en España. Parece que las conclusiones que saca Monsiváis sobre la situación de la lectura en su país no difieren en muchos casos de lo que ocurre aquí. Dice el autor que no se impulsa la lectura desde las instituciones educativas, ya que, en el fondo, no creen posible animar a los estudiantes a hacer lo que los funcionarios desdeñan. ¿Cuántas veces no nos encontramos con responsables educativos o culturales que abiertamente reconocen que no leen nada porque no tienen tiempo? ¿o que sólo leen prescripciones bibliográficas de su especialidad? Carlos Monsiváis, que no tiene respuestas, como es lógico, para todos los interrogantes sobre el libro que plantea en su discurso, sí ofrece una defensa de la lectura como empeño personal garantizado por el Estado, que no es mucho, pero ya es más de lo que se puede decir de bastantes actuaciones públicas del sector.

(Pertenece Monsiváis a este grupo bullicioso y medio desconocido en España de excelentes autores-críticos-traductores mexicanos como Sergio Pitol, Gabriel Zaid o Alejandro Rossi).

17 junio 2005

 

Sin título

Las letras interpretan sobre el papel una danza de suerte terminal. Te guste o no.

 

Tocado por la gracia divina

Me tocó. Yo, que no quería alzar demasiado la voz, he sido tocado por el dedo del Papa negro. Alabado sea el Señor. El problema es que estoy de acuerdo en todo lo que dice, soy un kultureta quich, un esnob de tomo y lomo y mucho más. Así que, ¿cómo me voy a enfadar con alguien tan estupendo (sin ironía) como Borjamari? Yo lo sigo hace tiempo y siempre me he divertido con su forma personal de ver la blogosfera, así que ahora me toca aguantar mi palo. Lo único que puedo decir a mi favor es que me ha encantado el cierre del mensaje: una bitácora que resulta tan cursi, pretenciosa, creída y poco original como al final ha resultado este post. Gracias por la crítica San Borja de las Maris.

13 junio 2005

 

Our Vanity Fair (a Novel without a Hero)

Echa el cierre, hasta el año que viene, la Feria de las Ferias, la del Libro de Madrid, gran acontecimiento cultural a la altura del Festival de Eurovisión y de las carreras de sacos de mi pueblo. Lloran por las esquinas los editores, los libreros, ay, que han perdido el maná de los libros de texto, ay, el precio único, ay, los descuentos de las grandes superficies. Ubi sunt las nieves de antaño, bla, bla, bla. Como cada año entre el 23 de abril y el levantamiento del cadáver de la última caseta, la prensa se llena de esa mística tontorrona y empalagosa del esforzado librero, el editor altruista, el libro que nos salvará de morir ahogados en este mundo injusto con el negro sobre blanco. Pues ¿sabéis lo que os digo? Que monten una inmobiliaria y dejen de llorarnos el hombro que ya lo tenemos empapado.

 

La Armada Invencible

Hace unas semanas Rodríguez Rivero en su Pasen y Lean contraponía la Armada Invencible inglesa, aquella que apadrinó Granta y que acogió a Ian McEwan, Julian Barnes, Martin Amis & Co. entre sus filas, frente a la narrativa actual francesa encabezada por un Michel Houllebecq elevado a la categoría de máquina excretora de boutades. Y la conclusión era que no había color. (firmo el resultado yo también). Pero, ¿qué pasaría si se hiciera la misma injusta comparación con las letras españolas del momento? Ujum, eso ya es harina de otro costal. Los grandes nombres (y perdón por lo de grandes) no se tocan. Que nadie levante la voz contra la escudería Alfaguara (ay, esos Javier Marías, esos Muñoz Molina, vacas sagradas que no dicen ni mu). El resultado, lo siento, es un nuevo Trafalgar. Y el redivivo almirante Nelson sin duda es ese McEwan fabuloso de Expiación (Atonement) que nos ha devuelto a tantos la confianza en las letras inglesas. Santa Virginia Woolf, líbranos de todo mal.


09 junio 2005

 

Robert Kafka

¿Gregorio Samsa de la mano del Gato Fritz? ¿Joseph K contando sus problemas con las mujeres? Ayer mismo yo no me lo hubiera creído pero sí, Robert Crumb sacó, junto a David Zane, un album ilustrando las fábulas kafkianas. Todavía no me ha llegado, pero al parecer hay una traducción argentina. Precisamente ayer estaba pensando en lo mal que se han llevado hasta ahora el cómic y la literatura. A lo mejor es hora de quitarles el polvo a los tópicos. Que el Golem nos coja confesados.

06 junio 2005

 

De escribir a escriturar hay un trecho

Da vueltas por la blogosfera, como una girándula estupenda, una iniciativa de los correctores editoriales que quieren reivindicar una mayor limpieza en el idioma que nos desamalgama cada día en los medios de comunicación y en los tan bien etiquetados y envasados productos culturales. Qué desvarío. Ya nadie recordará lo que María Zambrano apuntó, que salvar a las palabras de su vanidad, de su vacuidad, endureciéndolas, forjándolas perdurablemente, es tras de lo que corre, aun sin saberlo, quien de veras escribe (Hacia un saber sobre el alma). Lo demás no es escritura, se trata sólo de burdos trabajos manuales con letras inconexas.

03 junio 2005

 

La moda de los dietarios

¿Están de moda los diarios? Me ha llamado la atención que las dos starlettes del famélico mundo de las revistas literarias han incluido entre sus páginas entradas diarísticas de autores reconocidos. El Granta barcelonés publica una brevísima selección de los diarios de ese venecianista del Eixample que es Pere Gimferrer. La recién parida Eñe hace lo propio, salvando las distancias, con esa máquina de escribir (sin retranca) llamada Lorenzo Silva. Creo que hace unos años habría sido impensable que se editaran tan profesionalmente volúmenes como la edición abreviada de los diarios de Lev Tolstoi. Estamos, pues, ante una tendencia del mercado editorial que responde, digo yo, a una demanda de los lectores.

Otra pregunta: de los miles de autores de blogs en España ¿cuántos leemos diarios editados en papel? ¿hay alguna relación entre la explosión de la blogosfera y este tardío reconocimiento nacional del diario como género literario?

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