Encuentro en el
Manual del lector y del escritor modernos (título sumamente irónico) del jerezano Francisco Bejarano (siento la rima interna) algunos comentarios que coinciden con anotaciones de este diario.
En relación con "De nuevo, Weimar" aparecido aquí el 5 de septiembre pasado: "Con ser tan distintos, una cosa tienen en común todos los libros y no es otra cosa que su destino de morir en la hoguera como herejes".
En relación con "Lumi Noso Monte Roso" del 10 de septiembre: "Escribir un libro tiene más de ejercicio de extravagancia que de afán de inmortalidad. Pocas cosas más mortales que un libro. Publicarlos -si no es una tarea artesana para bibliófilos- se parece mucho a un trabajo impúdico más cerca de los domadores de fieras o de los equilibristas del alambre que de la literatura. Estudiarlos y criticarlos es labor de médico forense o de taxidermista, no puramente intelectual. Sólo leerlos puede tener algún sentido; pero, claro está, según el lector".
Además de los artículos que aparecen en este libro, se puede seguir a Bejarano por su colaboración con el
Diario de Cádiz, como se puede ver en este ejemplo que se llama
Lecturas de verano.