Encuentro en la Biblioteca Municipal una edición curiosísima (y espléndida) del album fotográfico-poético-biográfico que
Pablo Neruda con la ayuda del fotógrafo
Sergio Larrain recreó sobre su hogar en Isla Negra con el certero título de
Una casa en la arena. La editorial Lumen sacó esta joya en 1966 (¡1966!) y ahora me sirve para subirme al carro del centenario nerudiano. De todas las fotos, en las que abundan piedras, objetos decorativos, detalles de la casa, me quedo con esta que reproduzco aquí y que enfoca las vigas del techo de la casa “bautizadas” con los nombres de sus amigos. Incluyo el texto que acompaña a la foto.
"Los nombres: No los escribí en la techumbre por grandiosos sino por compañeros.
Rojas Giménez, el trashumante, el nocturno, traspasado por los adioses, muerto de alegría, palomero, loco de la sombra.
Joaquín Cifuentes, cuyos tercetos rodaban como piedras del río.
Federico, que me hacía reír como nadie y que nos enlutó a todos por un siglo.
Paul Eluard, cuyos ojos color de nomeolvides me parece que siguen celestes y que guardan su fuerza azul bajo la tierra.
Miguel Hernández, silbándome a manera de ruiseñor desde los árboles de la calle Princesa antes de que los presidios atraparan a mi ruiseñor.
Nazim, aeda rumoroso, caballero valiente, compañero. Por qué se fueron tan pronto? Sus nombres no resbalarán de las vigas. Cada uno de ellos fue una victoria. Juntos fueron para mí toda la luz. Ahora, una pequeña antología de mis dolores".