En efecto, ya ha salido el volumen prometido por
Lumen sobre Londres de la insigne
Virginia. Libro, propiamente libro, no es; se trata, más bien, de una colección de artículos sobre la capital del Imperio Británico que aparecieron entre 1931 y 1932 en la revista
Good Housekeeping con la curiosidad de que uno de los textos, que se daba por perdido, ha sido bien hallado. Los primeros artículos no resultan en exceso interesantes, pero los tres últimos me parecen de una calidad altísima, al nivel de las mejores páginas woolfianas. La conclusión del texto dedicado a las abadías y catedrales de la ciudad es una joya. En otra parte, la suave ironía, tan típica de la autora, se descarga sobre los miembros de la Cámara de los Comunes en un párrafo que me permito copiar:
“Sentándose y levantándose, moviéndose y quedándose quietos, los representantes de los Comunes traen a la mente el recuerdo de una bandada de pájaros al posarse sobre una porción de tierra labrada. No se están quietos durante más de unos pocos minutos. Los hay que no hacen más que levantar el vuelo, y otros que no hacen más que posarse otra vez. Y de esta bandada surge constantemente el parloteo, los graznidos y los gritos propios de una bandada de pájaros que discuten alegremente, y de vez en cuando con vivacidad, acerca de una semilla, de un gusano, de un grano enterrado”.
Como se ve, la cosas no han cambiado mucho en el sistema parlamentario casi un siglo más tarde. Pero la composición que merecería estar en una antología de
Virginia Woolf sería “Casas de grandes hombres”. En este artículo la autora echa mano a su recurso favorito: la recreación de la vida diaria de los grandes personajes literarios ingleses. ¿No es ese el aspecto más curioso de
Orlando y el tema fundamental de
Flush? Bienvenida la nueva entrega de la futura y utópica biblioteca
VW.