Al menos desde principios de la década de los ochenta Amos Oz es consciente, como tantos otros israelíes, de que su país se encuentra preso entre la Shoah y la Torá, rehén de la ultraortodoxia más cerril. Como él mismo apunta en uno de sus artículos de la época: A causa de Hitler, no tienes ningún derecho a enfrentarte a este tipo de judaísmo. A causa del Mesías esperado, este judaísmo te encadena y amenza con reconquistar lo que has logrado quitarle de las manos (Las voces de Israel, In the Land of Israel, 1983). Veintidós años más tarde la situación no parece haber cambiado mucho.PS.- Otro Amos, el director de cine Gitai, hace un retrato cruel (y no sé si realista, pero, en cualquier caso, creíble) de este submundo religioso en Kadosh. PS II.- En la prensa de estos días me llamaron la atención las imágenes de las mujeres ultrareligiosas poniendo la cuna de sus hijos (con ellos dentro) como barricada ante los soldados que debían evacuarlas. ¿No hay futuro para un Israel laico que se deshaga de las ataduras religiosas?