A la blogosfera le ha salido una ligera urticaria. Alguien (no hay calificativos, por el momento) ha suplantado el nombre de
Rodrigo Fresán para sacar un
cuaderno de bitácora apócrifo. Y ya empiezan los dimes y diretes. El “auténtico”
Fresán lo niega y además no piensa, ni de lejos, participar en la
trifulca dejando comentarios. El “falso”
Fresán se acoge al
England, England barnesiano y acusa a la blogosfera de ser
un muestreo de usos y costumbres al alcance de lectores turistas. Además se permite el lujo, debajo de su máscara de villano al estilo Marvel, de cometer faltas de ortografía de primaria (se pasa por la entrepierna la distinción g/j y se echa a dormir en sus laureles). Los comentarios no son mucho mejores. Abundan los pareados de alta inspiración (
Si sos fresán: andá a cagar) y lindezas de este género. Como dicen en mi pueblo: hay gente para todo.