No sé si a estas horas ya hay algún cambio en el estado de salud de
Eduardo Haro Tecglen, en coma desde hace dos días después de sufrir un paro cardíaco. En su
blog, su mujer, Concha, ha escrito un mensaje de agradecimiento (y de solicitud de respeto) a los lectores (y a los detractores) de Eduardo. Por el momento hay más de seiscientos comentarios al último parte.
Para mí,
Haro Tecglen es el columnista que me hizo amar las columnas periodísticas y que me enseñó a sentirme orgulloso de una España que fue y, sin duda, alguna vez volverá a ser. En muchas ocasiones ha lamentado que probablemente él no vería la Tercera República. Quizá yo tampoco. Pero vendrá. Una república amable, ética, no una jauja progre y bobalicona, sino un estado hecho por y para las personas, no para las corporaciones. Eduardo, que en su momento
sit tibi terra levis.