Paseando por mi ciudad natal, me encuentro con un nombre de calle que me sorprende: Calle de Américo Castro. El barrio en el que se encuentra es uno de esas zonas de crecimiento rápido que a principios de los años setenta y al socaire de la prosperidad recién estrenada del país pulularon por toda la geografía hispánica. Eso quiere decir que, probablemente, el nombre de la calle se impuso ya durante los últimos años de la dictadura franquista. Al curiosear por la red, me encuentro, cómo no, con el ubicuo Pío Moa que llora cuán cocodrilo conjuntivítico, al pensar en el daño que las tesis de don Américo han hecho a la España Eterna de sus Amores.abril 2004 mayo 2004 junio 2004 julio 2004 agosto 2004 septiembre 2004 octubre 2004 noviembre 2004 diciembre 2004 enero 2005 febrero 2005 marzo 2005 abril 2005 mayo 2005 junio 2005 julio 2005 agosto 2005 septiembre 2005 octubre 2005 noviembre 2005 diciembre 2005 enero 2006 febrero 2006 marzo 2006 abril 2006 mayo 2006 junio 2006 julio 2006 agosto 2006 septiembre 2006
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