
En el
Babelia de la semana pasada,
José María Guelbenzu se quejaba de la irregularidad en la calidad de ciertos
hypes de la nueva narrativa norteamericana (a los que tildaba de
yuppies, etiqueta ya bastante añeja). En ese grupo estaban (y yo no puedo hacer otra cosa que asentir)
Bret Easton Ellis y
Douglas Coupland y, con reservas,
David Foster Wallace (hay que darle la oportunidad a las 1.200 páginas de
La broma infinita -
Infinite Jest-). En cualquier caso ¿qué pasa con
Jonathan Safran Foer? ¿es un
bluf más o es la promesa entre las promesas? Mientras lo pensamos, podemos ir viendo el trailer de la
versión light en pantalla de su
Todo está iluminado (
Everything is Illuminated). Para mí esta novela necesita al menos de una segunda lectura para decir si es un puro juego de artificio o un libro de los que marcan fecha. Las críticas de su último libro se reparten entre los defensores acérrimos del safranismo y sus enemigos más íntimos. Como siempre, mejor no decir nada hasta haberlo leido. Y aún así...