¿Quién no ha conocido alguna vez algún individuo de esa especie llamada Homo Estadounidensis de la variedad perdonenporserloquesoy? Los síntomas más comunes se presentan a la hora de hablar sobre su patria: sudores, prurito, ligeros mareos y tartamudeo. Este tipo de norteamericano, en cuanto pisa suelo europeo, se avergüenza de pertenecer a su país, quizá sobresaturado por el prejuicio antiyanqui más furibundo. Algo así le pasa a David Foster Wallace en sus ensayos sobre la vida común del norteamericano. Es verdad que Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer (A Suppossedly Fun Thing I’ll Never do Again) da una visión burlesca, hilarante del comportamiento del cliente en un crucero de placer, pero al mismo tiempo las entretelas del texto rezuman tristeza, crueldad y un punto de abatimiento. ¿Qué sentido tiene criticar el comportamiento semihumano de los participantes en estos programas de vacaciones? ¿qué se quiere demostrar, que todos somos tontos? Por favor, que a nadie se le ocurra infiltrarse en un autobús del Inserso. La vida ya tiene sus propios mecanismos para hundirte ella solita.abril 2004 mayo 2004 junio 2004 julio 2004 agosto 2004 septiembre 2004 octubre 2004 noviembre 2004 diciembre 2004 enero 2005 febrero 2005 marzo 2005 abril 2005 mayo 2005 junio 2005 julio 2005 agosto 2005 septiembre 2005 octubre 2005 noviembre 2005 diciembre 2005 enero 2006 febrero 2006 marzo 2006 abril 2006 mayo 2006 junio 2006 julio 2006 agosto 2006 septiembre 2006
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