Hay autores que van desparramando sus credenciales como quien enseña el pedigree de su caniche. Los hay que no necesitan hacerlo, porque son maestros en borrar las huellas tras su paso. Pero hay un tercer grupo que no sólo no tienen problema en reconocer su dependencia de lo que les ha precedido, es que además lo hacen con la modestia del buen discípulo (y del mejor maestro). Eso es Haruki Murakami, un maestro estupendo con la sombra de un discípulo aplicado. Norwegian Wood está construida como la perfecta novela que es, con un equilibrio magistral entre trama y ambientación, con un juego de personajes que se contrabalancean entre sí como pesas de una romana exactísima. Hay pistas tramposas como las referencias continuas a El gran Gatsby o La montaña mágica. Pero sólo son eso, trampas para que caigamos con alegría. Sencillamente, chapeau!abril 2004 mayo 2004 junio 2004 julio 2004 agosto 2004 septiembre 2004 octubre 2004 noviembre 2004 diciembre 2004 enero 2005 febrero 2005 marzo 2005 abril 2005 mayo 2005 junio 2005 julio 2005 agosto 2005 septiembre 2005 octubre 2005 noviembre 2005 diciembre 2005 enero 2006 febrero 2006 marzo 2006 abril 2006 mayo 2006 junio 2006 julio 2006 agosto 2006 septiembre 2006
Suscribirse a Comentarios [Atom]