Mientras la imagen de Jean Paul Sartre como el gran papa marxista-existencialista que se propuso ser parece extinguirse sin remedio del imaginario cultural, la figura silenciosa de Albert Camus se va agrandando con el paso de los años. Hay algo de imágenes opuestas entre los dos autores franceses, que el tiempo ha resuelto de forma inmisericorde a favor del segundo. En contraposición con los libros de Sartre, que se han ido acartonando con el tiempo y a los que la tinta se les ha vuelto plomo en las alas, los escritos de Camus se hacen más ligeros y conectan mejor con el lector medio del siglo XXI, el que ya nunca llevará jersey de cuello vuelto ni fumará Gitanes. Todo esto viene a cuento por la lectura del volumen que incluye Bodas y El verano, un auténtico banquete del pensamiento más incisivo y de filiación conscientemente mediterránea. Que tome nota Manuel Vicent y se deje de tantas alcachofas y zarandajas.abril 2004 mayo 2004 junio 2004 julio 2004 agosto 2004 septiembre 2004 octubre 2004 noviembre 2004 diciembre 2004 enero 2005 febrero 2005 marzo 2005 abril 2005 mayo 2005 junio 2005 julio 2005 agosto 2005 septiembre 2005 octubre 2005 noviembre 2005 diciembre 2005 enero 2006 febrero 2006 marzo 2006 abril 2006 mayo 2006 junio 2006 julio 2006 agosto 2006 septiembre 2006
Suscribirse a Comentarios [Atom]