Hace tiempo que se habla de la reedición de las
Memorias de
Giacomo Casanova por parte de la editorial
Renacimiento. No sé si se trata de eso, de una reedición o más bien de una nueva traducción con un tratamiento más moderno y menos pacato del que tenían las anteriores versiones en español. A primera vista puede parecer curioso que, excepto la parte que el libertino veneciano dedica a la fuga de la prisión de Los Plomos, el resto de la obra de
Casanova sea inencontrable en las librerías españolas. Pero si uno se para a pensar, no es tan raro. El mundo editorial hispano es un desastre para todo lo que no sea novedades y deslumbramientos de última hora. El verdadero fondo libresco está en la segunda mano, en los restos de edición, en las librerías de viejo. Y aún así, encontrar cualquier libro con más de tres años de antigüedad se convierte rápidamente en una odisea con un
happy end poco garantizado. Para muestra, además del botón de
Casanova, tomen el de
Mohamed Chukri, un autor de relativo éxito en nuestro país. La edición de Montesinos de
El pan desnudo está totalmente agotada, pero es que la de Debate tres cuartas de lo mismo. Si incluso los libros con un buen nivel de ventas desaparecen del mercado, ¿qué será de las ediciones menos rentables? ¿directamente a la trituradora de papel o al contenedor de reciclaje? En cuanto a
Casanova, gracias, Renacimiento, por el regalo que nos espera. Y que dure.