La superficialidad en la erudición es el mejor modo de leer bien y ser profundo dice
Bernardo Soares, ayudante de tenedor de libros, en el ya clásico
Livro do Desassossego. Lo que
Fernando Pessoa quiso transmitirnos aquí no está del todo claro. ¿Debemos dejar de un lado la fijación filológica y el apunte a pie de página para ser mejores lectores? ¿o sólo una ligera pátina de ilustración nos ayudará a entender mejor el texto? Lo que aquí se enfrentan son dos formas de leer tan diametralmente opuestas que casi podríamos decir que son dos actos intelectuales distintos. Si nos acercamos a un libro con todo el andamiaje de la erudición los comentaristas nos irán llevando a su terreno. Por el contrario, leer sin las anteojeras del aparato filológico-histórico nos permite descifrar el texto casi de una forma virginal. Pero también es verdad que esto último es imposible, porque siempre están nuestras lecturas anteriores, nuestros prejuicios, el mundo que nos rodea, que influyen también en el acto de la lectura. Solución salomónica: antes de leer, consulte con su médico o farmacéutico.