la letra sin sangre entra
Blog de libros y literatura
escrito por
Francisco Herrera
17 junio 2004
Siglo XXI y lo que nos queda
¿Cómo es la literatura del siglo XXI? No se puede responder a esta cuestión, como de hecho nunca se ha hecho, argumentando con la lista de los libros más vendidos.. Los
best-sellers generalmente no inciden en la historia de las literaturas, a no ser que uno escriba el
Antiguo Testamento o El
Quijote (y aún así nada garantiza el maridaje de éxito y calidad). Ahora que han terminado los fastos anuales de la Feria del Libro de Madrid, que todo el mundo se ha llenado la boca con consignas de animación a la lectura, que los libreros y editores se congratulan, pero sin pasarse, por la fortaleza del sector industrial de la producción de libros, no nos queda más remedio que repetir la pregunta inicial de este párrafo. Yo todavía no tengo ninguna respuesta, y creo que me moriré sin tenerla.
16 junio 2004
Happy Bloomsday!
Si quieres hacer el camino sanyoyceano, date una vuelta por el
gráfico animado que ha preparado El Mundo.
Majestuoso, el orondo Buck Mulligan llegó por el hueco de la escalera, portando un cuenco lleno de espuma sobre el que un espejo y una navaja de afeitar se cruzaban...
Stately, plump Buck Mullingan came from the stairhead bearing a bowl of lather on wich a mirror and a razor lay crossed...
Ulises: una legión de novelas
Si no me falla la memoria, fue
García Lorca el que dijo que a
Góngora no se le lee, se le estudia. Pues lo mismo pasa con
Joyce. No tiene sentido intentar leerlo de una forma ligera, esperando que la trama o los personajes nos atrapen y nos seduzcan. Hay que lanzarse a la lectura del
Ulises como quien se tira a una piscina de agua fría y después bracear y bracear para no quedarse helado. Y no olvidemos que detrás de cada línea joyceana hay un esfuerzo titánico. Como dijo
Harold Bloom,
Ulises posee suficiente esplendor verbal como para alimentar una legión de novelas.
15 junio 2004
Molly Bloom, entre sueños
Hoy, aprovechando la cercanía del Bloomsday, reproduzco el artículo de
Ian Gibson que aparece en
El País Andalucía:
"16 de junio de 2004. O sea, mañana. Centenario de la primera cita amorosa de
Joyce con quien iba a ser la mujer de su vida. ¡Ay, Norah Barnacle, que le perdiste luego cuando tenía 58 años, tú que fuiste para él amante, madre, confidente, inspiración, calor, risa, consuelo, alma gemela, quitapenas, ironía, estrella en su noche oscura ("tranqui, Jim, que no pasa nada, que saldremos del apuro, volveremos a Irlanda unos días y compraremos ropa barata en Moore Street para toda la familia y terminarás el libro y serás el escritor más famoso del mundo...")!
La acción de Ulises -o sea el periplo de un día y una noche de Leopoldo Bloom por un Dublin sucio, charlatán, bebedor, corrosivo y cachondo mental- se inicia, como se sabe, en la mañana de dicho 16 de junio -¡vaya homenaje a Norah!- y termina con el famoso "Sí" complaciente, escrito con mayúscula y seguido de punto final (el único del episodio), pronunciado por Molly mientras se mueve entre sueños en la cama.
Si
Joyce sólo hubiera escrito aquel monólogo interior habría bastado, seguramente, para que nunca dejáramos de agradecer su aportación a la literatura, es decir a la vida. Cuando la novela se publicó en París en 1922 fue precisamente tal secuencia onírica lo que más escandalizó a los miserables puritanos de siempre, y hubo intervenciones policiales tanto en los puertos británicos como en los de Estados Unidos para proteger a los buenos burgueses de tanta procacidad y porquería. Francia había sido la responsable, una vez más, de permitir la publicación de un texto obsceno y vil, y fue objeto, en consecuencia, de la renovada vituperación de los fariseos de ultra-Mancha, los mismos que poco tiempo atrás habían machacado con trabajos forzosos a otro irlandés genial y subversivo,
Oscar Wilde. Cuando, allá por los años cincuenta, servidor empezó sus estudios de español en el Trinity College de Dublín, Ulises, tres décadas después de su publicación, estaba todavía prohibido en Irlanda -no ya en Gran Bretaña- y sólo se podía conseguir bajo cuerda. Todavía me produce vergüenza ajena el recuerdo de aquella afrenta.
La Irlanda de hoy es bien diferente, y
Joyce toda una gloria nacional. La celebración de Bloomsday va a ser mañana por todo lo alto, y además coincide con el final de la eficaz presidencia irlandesa de la Unión Europea. En España, entre los actos programados, hay que destacar la reposición en Madrid, por Magüi Mira, de su magnífica interpretación del monólogo de Molly, tanto más convincente por cuanto ésta vuelve una y otra vez, mientras sueña, al Gibraltar y a la Andalucía de su infancia y adolescencia, entreverándose entre sus rememoraciones subliminales numerosas frases e imágenes españolas que han sido investigadas, en Sevilla, por el gran experto en
Joyce Francisco García Tortosa. Para los que protestan que Ulises supera sus más fornidos esfuerzos, nada más recomendable que empezar con dicho monólogo en la magnífica traducción de la novela debida al mismo estudioso (editada por Cátedra). Hacerlo sería la mejor manera posible de honrar al genio dublinés en esta fecha tan señalada".
Viva la verde Erin.
El siglo judío
Al repasar el comentario de ayer sobre los riñones de cordero y el origen hebreo de Leopold Bloom me da por pensar que el siglo XX ha sido, para la literatura y para Europa en general, el siglo judío.
Marcel Proust trató de esconder, con poco éxito, su estirpe.
Franz Kafka hizo lo contrario, intentó acercarse a la cultura
yiddish y de algún modo acabó previendo con sus parábolas laicas lo que poca gente habría podido imaginar en su tiempo: la
Shoa.
Thomas Mann, casado con una judía y furibundo antinazi, parte del
Antiguo Testamento para afincar su tetralogía bíblica
José y sus hermanos (
Josef und seine Brüder 1933-1942). La utopía comunista y la mitología psiconalítica nacen de sistemas de pensamiento de mentes judías. La pregunta es: ¿a dónde fue a parar todo este esfuerzo y este tesón? ¿qué queda de todo esto en el Israel actual? Menos Sharon y más Spinoza.
14 junio 2004
Bloomdeando correctamente
Esta información (aparecida en el Babelia de este sábado, 12 de junio) sí es correcta. Menos mal que nos queda
El País:
"MÁS DE 10.000 visitantes de todo el mundo recorrerán este miércoles 16 de junio, y vestidos de época, las calles de Dublín en homenaje a la jornada que viven los dos personajes de James Joyce, Leopoldo Bloom y Stephen Dedalus, en su mítica novela Ulises, inspirada en la epopeya homérica. Con más entusiasmo que en años anteriores, irán por calles, museos, pubes y restaurantes, y recordarán al Míster Bloom que degustó en Byrne un emparedado de gorgonzola regado con exquisito borgoña. No lo eran menos aquellas vísceras (riñones, corazón, mollejas...) con las que Bloom se deleitaba. ¿Qué mejor que un desayuno pantagruélico para rememorar tales festines? La jornada contará con 15.000 panecillos, 500 kilos de mantequilla, 25.000 salchichas de cerdo, 20.000 riñones, 12.500 lonchas de bacon y 10.000 tomates. Y el espíritu se nutrirá con coloquios, actos teatrales y callejeros, lecturas, música...
Madrid también se ha unido al Bloomsday. El Círculo de Bellas Artes ha programado actos desde el pasado 2 de junio, día en el que Sanchís Sinisterra dirigió el último capítulo de Ulises, Molly Bloom. Hasta el 31 de julio expone la sala Juana Mordó una muestra dedicada a la relación de James Joyce con España, con artículos, libros, correspondencia, fotografías y material audiovisual. El ciclo de cine Irlanda, Irlanda, que concluye mañana, proyecta a las 17.30, 19.45 y 22.00 Dublineses, de John Huston, e Innisfree, de José Guerín. El lunes 14 de junio se celebrarán las lecturas dramatizadas, Bloom's Day, dirigidas por Denis Rafter en las que actores españoles e irlandeses leerán fragmentos de Ulises".
Metepatas antijoyceano o de qué forma no enterarse de nada
En
La Crónica de México recojo la siguiente noticia: "La próxima semana Dublín y el mundo celebrarán el centenario de lo que se conoce como
Bloomsday, en honor a Leopold Bloom, personaje principal de la novela de
James Joyce,
Ulises. El libro
fue publicado el 16 de junio de 1904 y este año miles de seguidores llegarán a la ciudad natal del escritor para disfrutar al aire libre de un desayuno con riñón de cerdo, como el que prepara Bloom en el inicio de la novela. Cientos de ciclistas con vestimenta de la época Eduardiana recorrerán en bicicletas desvencijadas la ruta que realizaron los personajes de
Joyce. Otros 800 académicos asistirán a un simposio sobre cada aspecto de Ulises".
Es sorprendente la facilidad para no enterarse de nada que tiene la prensa algunas veces. En 1904
Joyce probablemente ni soñaba con un libro como el
Ulysses. Ya tenía bastante con intentar terminar su
Dubliners. La composición del libro que homenajeamos el 16 de junio tuvo lugar entre 1914 y 1922. Lo que celebramos el es la acción del propio libro: 24 horas dublinesas entre Stephen, Molly y Leopold. Vayan preparando una buena ración de riñones de cordero (no de cerdo, otra metedura de pata insuperable, teniendo en cuenta que Leopold era de origen judío). Sólo faltan dos días...
02 junio 2004
Otra forma de contar
Fuera del centro de este diario nos acercamos a otro formato, la historieta, nieto acomplejado de la literatura y la ilustración.
Jordi Costa reflexiona en las páginas de La Vanguardia sobre los valores históricos de ciertas publicaciones en un artículo titulado
La viñeta y la verdad. Larga vida a la tinta fresca.
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