la letra sin sangre entra
Blog de libros y literatura
escrito por
Francisco Herrera
30 agosto 2004
Disparando con un arco trabado
Es interesante ver cómo cambian los puntos de vista sobre una obra a lo largo de la historia (lo que ahora se llama la recepción de un texto o de un producto artístico), pero no es sólo que el público vaya cambiando, es que ni siquiera tenemos en cuenta los baremos que usaron en su momento los mismos autores. Para
Shakespeare las únicas obras que merecieron su esmero (y cuyo paso por la imprenta él mismo debió cuidar y mimar) fueron las que ahora nadie lee (o casi nadie, si no contamos a los especialistas roedores de papel) como
La violación de Lucrecia (
The Rape of Lucrece) o el
Venus y Adonis. Otro tanto pasa con
Cervantes, que se sentía sobre todo autor teatral aunque frustrado y que se vio superado por la inundación imparable del genio lopesco y toda la cuadrilla que le fue a la zaga. ¿Quién lee ahora el
Persiles, aunque don Miguel lo consideraba su obra maestra y su ojito derecho? El
Quijote fue un divertimento, una burla genial.
Hamlet, un culebrón portentoso para poner en pie al vulgo que abarrotaba el gallinero del Globe. En cualquier caso las flechas de la Fama siempre salen torcidas (hay quien de tanto mirar a la diana se vuelve bizco).
25 agosto 2004
Chéspir Sánchez
Un mínimo apunte para engarzar los dos comentarios de ayer. En la antología de greguerías ramonianas que publica
Media Vaca me doy de bruces con esta reflexión sobre
Shakespeare y lo español.
24 agosto 2004
El Cimbelino en español
Hablando de editoriales que miman sus libros, un punto para
Gredos y su
Biblioteca Universal por haber sacado una pieza shakesperiana como el
Cimbelino prácticamente inencontrable en nuestro país. Lástima que no hayan seguido el criterio que en los últimos tiempos se han impuesto
Cátedra y el
Instituto Shakespeare de hacer las ediciones en forma bilingüe.
En cualquier caso, bienvenida sean iniciativas como estas para que, de una vez por todas, tengamos en España editadas profesionalmente las obras completas del genio de Stratford-upon-Avon.
La vaca que muge libros
Ojo con
Media Vaca, una editorial chiquita pero matona que está sacando a su ritmo clásicos raros en ediciones ilustradas de lujo (véase su edición de los
Crímenes ejemplares de
Max Aub o las
Greguerías de
Gómez de la Serna).
¡Larga vida a la vaca entera!
18 agosto 2004
Un apunte
El perdón es la nodriza de nuevos dolores...
Medida por medida.
Pardon is still the nurse of second woe...
Measure for measure.
Un Proust prontamente tronchado
Recuerdo que leí
El diablo en el cuerpo (
Le diablo au corps) con la misma edad que tenía el autor cuando la escribió y me imagino que, por eso, y por la imagen de promesa rota en plena juventud, me encantó el librito (tan jaleado por
Jean Cocteau). Muchos años después, al encontrar por fin su segunda novela,
El baile..., me doy cuenta de que
Radiguet es un
Proust menor pero original, a su manera.
Las comas de Sísifo
Encuentro en
El baile del Conde de Orgel (
Le bal du Comte D'Orgel) de
Raymond Radiguet uno de los micropersonajes lineales más curiosos que recuerdo. Se trata de un antepasado lejano de la protagonista que se dedica a coleccionar comas. Sí, comas, signos suaves de puntuación. Y para poner en práctica su afición no tiene otra cosa que contar las que aparecen en la
Divina Commedia. Como cada vez que las cuenta le sale una suma diferente, tiene que volver a empezar. Lo que digo, un ultramoderno Sísifo filológico empujando una roca dantesca.
11 agosto 2004
Cuando los premios apremian más que premian
Me entero, con "sólo" dos semanas de retraso, y gracia a
Letralia que le han dado a
Juan Goytisolo el premio
Juan Rulfo, el más prestigioso de la literatura hispanoamericana. Ya le concedieron hace un par de años el
Octavio Paz pero no parece que eso lo meta de cabeza en el sorteo del gordo del
Cervantes, ni de broma. Es curioso este ninguneo (palabra goytisoliana donde las haya) de una de las principales figuras de la narrativa en español de los últimos cincuenta años. Así nos luce el pelo.
06 agosto 2004
Cervantes versus Don Quijote
Se acercan los fastos quijotescos y seguimos sin saber qué hacer con la figura de
Cervantes. ¿Por qué somos tan cainitas en esta España castiza? ¿por qué nos cuesta tanto reconocer al genio entre los nuestros y homenajearlo como se merece? De obligada lectura el artículo que
José María Ridao publicó en
El País el miércoles pasado (4 de agosto) en el que defiende la necesidad de una lectura de la obra cervantina más acorde con su validez y con nuestros tiempos. Albricias sean dadas.
05 agosto 2004
Ese leteo llamado televisión
Dicen las estadísticas que los españoles vemos la televisión como media tres horas y treinta y tres minutos. Como yo no tengo tele, hay por ahí alguien que está viendo el doble de la media, es decir, 6,66, el número de la bestia, porque hay que ser muy bestia para estar más de siete horas delante del aparato. Además, teniendo en cuenta que el ritmo de un lector habitual oscila entre uno y dos minutos por página, se hace un cálculo muy por lo bajo de cien páginas diarias, lo que nos lleva a un libro cada dos o tres días. Un volumen de la
magna opera proustiana no nos llevaría más de cinco días. Los números cantan. O más exactamente, desafinan. Y pongo el ejemplo de un libro de
Proust porque hace unos días aparecieron unas declaraciones en las que una actriz cantante muy en boga presumía de que este verano entre gira y gira iba a atacar uno de los
ochomiles de
En busca del tiempo perdido, como si fuera un
tour de force nunca visto, merecedor de una medalla de oro olímpica, por lo menos.
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