Hay nueva edición de Pelo de zanahoria (Poil de carotte) de Jules Renard, uno de mis libros favoritos de la literatura francesa. La versión que yo tengo, la de Montesinos (por supuesto de resto de edición, porque estaba agotada hace tiempo), me pareció bien traducida, pero ahora sale la versión de Ana María Moix en Lumen y se lleva todos los parabienes de la crítica. Renard se convierte aquí en el gran maestro del humor negro y cariñoso a la vez, haciendo burlas de sí mismo y de una familia cruel en su pequeñez burguesa tan típicamente francesa (o no tanto). Parecería que ahora este autor es más conocido por las anotaciones no tan fugaces y en muchos casos más bien pesimistas de su Diario. En esta obra se pueden encontrar algunas de las mejores micronovelas que conozco, como esta:
Tengo curiosidad por saber cómo será el debú web de La Fiera Literaria, el panfleto que Manuel García Viño edita junto a otros francotiradores de la crítica. Ya en enero se nos anunciaba su desembarco pero ahora en su dominio nos vuelven a citar para julio. ¿La Fiera suelta en verano? Habrá que ir preparando el botiquín literario. Es verdad que las dentelladas del pasquín pueden ser peligrosas pero no mortales. No conozco a ningún premioplaneteado que se haya muerto de esta gangrena. Los que la leen o han sabido de ella antes conocen la tirria que les tiene a muchos de los novelistas españoles de éxito. Entre sus víctimas favoritas están los escritores más cercanos a El País (Muñoz Molina, Lindo, Marías, García Montero, Grandes) y todo lo que huela a Polanco, su demonio particular. Creo que desde la web, sus dardos serán aún más venenosos y podrán llegar a hacer más daño, siempre ejerciendo esa crítica guerrillera que no deja de sacudir ninguna poltrona.
Luis Britto García, caraqueño nacido en 1940, es un ejemplo claro de cómo uno puede estar en total desacuerdo con las ideas sociales o políticas (en este caso, chavismo recalcitrante) de un autor y defenderlo a capa y espada como escritor. Para mí Britto García tiene una de las prosas más certeras en lengua española actualmente. Consigue aunar, como pocos autores del momento, la precisión con el estilo. Maestro de la minificción, no le ocurre como a la mayoría de los microcuentistas, que sacrifican la exhuberancia en aras de la brevedad. Pero sobre todo es maestro en los arranques, suerte fundamental a la hora de escribir un relato corto. Anda Nada, el volumen que Thule Ediciones publicó en su colección MicroMundos es sencillamente un regalo para los tiempos que corren. No sólo por el contenido también por el continente. Qué pocas editoriales miman sus libros como lo hace Thule. Y qué buena idea la de utilizar el formato Durabook de Melcher Media. ¡Libros impermeables!
En el mismo día leo, por pura casualidad, la descripción del ritual de la matanza del cerdo es dos autores diferentes y en dos países distintos: Bohumil Hrabal y John Berger, Francia y la República Checa. En el primero (dentro de su libro Personajes en un paisaje de infancia), el sacrifico y despiece del animal se convierten en una gran fiesta de los sentidos, no sólo del sabor, también del color, del sonido, del tacto. El delirante juego final con el embadurnamiento en sangre de todos los personajes, incluidos los más envarados, hubiera hecho las delicias de Mijail Bajtin y le habría venido como anillo al dedo para demostrar por enésima vez su teoría del carnaval como inversión del sistema establecido. Esta querencia por la comilona como momento destructor/generador de nueva vida ya había alcanzado cotas magistrales en Yo que he servido al rey de Inglaterra. Lástima que Bohumil Hrabal sea uno de esos autores que muchos considerarán secundarios, oscuros, y que sin ambages merece un reconocimiento mucho mayor, quizás incluso por encima de su discípulo Milan Kundera. Otro solapado por el mercado actual es John Berger. Aunque la crítica lo adora y algunas figuras públicas lo exhiben como referente artístico (pienso en Isabel Coixet que siempre que puede habla maravillas de él), no es autor de masas. Es verdad que la trilogía De sus fatigas ha salido en versión de bolsillo para Punto de Lectura, pero no sé si venderá mucho. En el primer volumen de este conjunto, Puerca tierra, Berger también nos describe el momento de la matanza en un pueblecito (aldehuela, más bien) francés. Pero la diferencia con el tono bajtiniano de Hrabal es diferente. El autor prefiere entonar un sentidísimo plancto por la muerte del mundo rural, una elegía dolorida del terruño. Hrabal y Berger, dos autores que se merecen más que este comentario de comparación a vuela pluma. abril 2004 mayo 2004 junio 2004 julio 2004 agosto 2004 septiembre 2004 octubre 2004 noviembre 2004 diciembre 2004 enero 2005 febrero 2005 marzo 2005 abril 2005 mayo 2005 junio 2005 julio 2005 agosto 2005 septiembre 2005 octubre 2005 noviembre 2005 diciembre 2005 enero 2006 febrero 2006 marzo 2006 abril 2006 mayo 2006 junio 2006 julio 2006 agosto 2006 septiembre 2006
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